Cinco caballos de oro. Cinco caballos de plata
Son tus dedos y mis dedos dibujándonos la espalda.
Una margarita blanca se abre camino en tus labios
Para besar mi corola de carne mojada y cálida.
Mi boca busca beberte. Beber de tu fuente clara
y mis brazos son tu manta, tu dulce abrigo y tu cama.
Con tus ansias de paloma picoteas mis entrañas
Y de mis pechos te adueñas sin pedir. Solo con ganas.
Se va rodando en el viento mi grito por las mañanas
Mientras mi piel te acaricia y mis abrazos te llaman.
Desde tu vientre se enciende como una hoguera tu espada
Y das tu amor de varón que me quema y me desgarra.
Mi ansia te muerde las venas cuando estás en mi ventana
Y un rayo de luna besa tu cuerpo y mi cuerpo en llamas.
¡No te vayas que mi talle se embelesa y se desgarra!
¡No me dejes todavía que mi fuente quiere tu agua!
MARÍA ITZA -ARGENTINA-
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