martes, 4 de julio de 2017

VIGILIA


Y vuelves a cerrar los ojos. Detenido en el tiempo comienzas a escuchar todo lo que te rodea de forma amplificada: el sonido del frigorífico, el rumor de la calle tras las ventanas, el ronroneo del
gato a los pies de la cama, tu propia respiración.
Y es ahora cuando dejas de escuchar el exterior y comienzas con la prosa interna, el maldito discurso del insomne. Es el momento en el que todo lo que te preocupa aparece de golpe y porrazo, aparecen los miedos y temores, las angustias, los anhelos, los “debería de” y entonces tu cuerpo se mueve.
Te desplazas, das vueltas en la cama, respiras profundamente y coges fuerzas. Te levantas. Andas por tu casa, miras por la ventana y fumas ese cigarrillo que no sabe a nada, solo quema. Y vuelves a moverte recorriendo el espacio escuchando tu relato interior y vuelves a mirar por la ventana. Nada.
Caminas hacia la cama, con ninguna seguridad en ti mismo, en poder ganar la partida. Te acuestas, despacio te acurrucas entre las sábanas, cogiendo una postura cómoda, pensando que esta vez sí, esta vez será la adecuada, esta vez lo conseguirás. Y vuelves a cerrar los ojos.

IVÁN CHOROT
Participante en el VI Certamén de Microrrelatos Libres Memorial Isabel Muñoz

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