“… cada ser vivo, cada hoja, cada ave, solo está vivo
porque contiene la palabra secreta de la vida…"
Max a Liesel en "La ladrona de libros"
Digo las cosas cuando me acuerdo,
cuando la llave de la cordura
le da la vuelta a la cerradura
y me abre a un cosmos cordial y cierto,
cuando la cuerda del pensamiento
se afina al son de la partitura
del canto amable de las criaturas
que arma de acordes el universo.
Digo palabras cuando concuerdan
en un compás mielina y miocardio
y cuando encuentro el hilo del sabio
que hace brotar luz en la vereda…
Entonces veo como se enredan
en las esencias los nombres válidos,
como los verbos le dan el ánimo
a aquellos seres donde se hospedan.
Traigo sus soplos a mis latidos
cuando se salen del pentagrama,
cuando las voces que sé que me aman,
yerguen mi mundo y le dan sentido,
surjo del barro cuando convido
a las palabras, que se derraman,
y mientras juntas se me amalgaman…
me revelan a Dios escondido.
José Puerto Cuenca (Zambra, Córdoba)
Publicado en la revista Aldaba 33
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