jueves, 27 de julio de 2017

UN CADÁVER EN EL APARCAMIENTO


Al fondo del aparcamiento vio un coche con las luces encendidas. Se acercó. En el asiento trasero había una persona tendida. Intentó abrir la puerta. Estaba cerrada. Golpeó el cristal. Si estaba dormida, lo estaba profundamente. No escuchó los golpes. Si no apagaba los faros agotaría la batería y no conseguiría arrancar. Volvió a golpear el cristal. El tendido no se movió. Decidió llamar a la policía al servicio de emergencia. Temía que le pasara algo al tendido. Unos minutos tardó en llegar la patrulla. Enseguida mandaron los datos a la central. No había ninguna denuncia. El coche pertenecía a una mujer. Golpearon los cristales. Nada consiguieron. Decidieron forzar la puerta. El tendido era un hombre. Estaba muerto. Tenía una herida en la cabeza. El asiento y el suelo estaban lleno de sangre.
El forense dictaminó que el sujeto llevaba muerto ocho horas. Tras tomarle las huellas supieron que era un profesor de la Universidad, padre de la propietaria del coche. Ésta al ser informada de que su padre había sido encontrado muerto en su coche, dijo que se lo había pedido prestado para asistir a una conferencia en el Palacio de Congresos, a las 16 horas. El aparcamiento estaba solo a unos metros. ¿Estuvo el profesor en la conferencia? ¿Fue agredido en el aparcamiento? ¿Fuera de él? ¿Le atacaron para robarle? ¿Fue otro el motivo? Todas estas preguntas se las hacía la policía.
Mostrada una foto al portero del Palacio de Congreso éste recordó haber visto entrar y salir al profesor el día de la conferencia. Se marchó solo hacia las 18 horas. Según el forense el profesor murió entre las 18,30 y las 19 horas. ¿Qué pasó desde las 18 a las 18,30? ¿Lo vio alguien? Quien lo atacó y mató se llevó su cartera y su maletín. La cartera apareció vacía dos días después en una papelera cercana al aparcamiento. Ni rastro del maletín. ¿Buscaba el asesino el maletín? ¿Qué llevaba en él el profesor? ¿Lo sabría su hija? Preguntada la hija no aclaró nada porque ignoraba el contenido del maletín. Nunca su padre le dejó curiosear sus cosas.
Nunca sabrían el contenido de maletín.

JOSÉ LUIS RUBIO

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