domingo, 9 de julio de 2017

TIEMPO PERDIDO


El primer regalo que recibí de sus manos fue un magnífico reloj de pulsera, ‘para que me recuerdes todo el tiempo’, me dijo. Con él he contado los minutos vividos desde que me dejó para siempre, hasta que conocí a Marta. Apenas conversamos cinco minutos y al cabo de treinta y dos ya me encontraba en su casa semidesnudo.
Hicimos el amor desaforadamente casi hasta el amanecer. Nos despedimos sin más y no pensé en ella hasta que miré la hora. Olvidé el reloj en su mesita de noche.
Hasta aquel día, fui acumulando retrasos en mi vida por prestar atención a ese tiempo que dediqué a mi ex y lamenté haber perdido.
Encontré a aquella chica en uno de esos bares donde ahogaba las penas y envenenaba los recuerdos para que murieran cuanto antes.
Pero sólo conseguía castigarme rememorando todo ese tiempo. Confieso que, como terapia, carecer de ese objeto durante unos días me ha ayudado a olvidar a mi ex. Y quizá lo mejor es que siento la necesidad de volver a quedar con Marta y hacer el amor desaforadamente con ella, aunque tan solo sea para recuperar mi reloj y el tiempo perdido.

Daniel Moscugat 
Participante en el VI Certamen Microrrelatos Libres Memorial Isabel Muñoz

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