Los días que pasan
son un sueño interminable
del cual nos cuesta despertar...
Nacen amores besando bocas,
desamores desarmando historias
y como rústicas amapolas
cuando las mece el viento,
nos sentimos temblar
de sólo verlos pasar.
El huracán bate muy fuerte
y hay que sustentarse en tierra
para no tambalear;
la lluvia trae ese bálsamo fresco,
en mañanas de mudo silencio
que a veces nos dejan tiempo
para poder llorar.
El sueño nunca termina
y siempre nos hace dueños
de desear volver a amar...
pero a veces la realidad
a golpes nos noquea,
como el viento en la marea,
que atiza las barcas,
junto a las olas
en el imponente mar.
Firme como las amapolas,
resistiéndose siempre al viento
que las quiere voltear;
con esa fuerza
que viene de otro magma,
así en pie soportando lágrimas,
en esta vida, erguido estarás...
Diosma Patricia Davis -Argentina-
No hay comentarios:
Publicar un comentario