martes, 25 de julio de 2017

SILUETA DE TIEMPO


Santiago de Chile donde se hunde un tiempo de transatlánticos y aviones. Desde aquí no veo la orilla del recuerdo, mis amigos de entonces se agarran al ruido en la noche que fuimos pero el ruido no deja de correr y los cigarros y los vasos de vino no encuentran huellas dactilares que los sujeten.

Todo lo derramado permanece bajo tierra.

Lo vivido dormido en la columna tan mía como guaridas de niños entre colchones. Mi voz escuchando al futuro y no entendiendo este idioma que ahora escribo.

Soy menos presente y la ceniza nos alcanza a todos. Chile es un niño con nueve años de silencio. Aquellas noches descubrí animales extinguidos hoy por el olvido.

Jorge García Torrego -Madrid-
Publicado en La Náusea

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