Este maldito tiempo,
época baldía que pudre
desde la raíz sueños
y esperanzas, transforma
en agonía los latidos
de una descendencia sin su destino,
sujeta a ajenos albedríos,
al feudo que les amordaza.
La vida no tiene precio, no vale
nada para quien cae al vacío.
Son islas, seres solitarios
que buscan la noche, por los rincones
intrincados donde vaciarse
la litrona para así enajenarse
de los telediarios y vomitar
su dolor contenido y su odio.
Se abrazan a la muerte
saliéndose del curso
de la existencia, siendo
sombras que conversan con los demonios,
atrapados en símbolos macabros…
Un tiempo detenido…sin futuro,
con la semilla del diablo corriendo
entre lápidas negras
dentro de un laberinto.
En el cielo están todas las estrellas.
Del poemario “DE…” de Irelfaustina Bermejo
Publicado en Acantilados de papel
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