miércoles, 26 de julio de 2017

MEDEA EN PARÍS


...¨partimos cuando nascemos¨
Coplas a la muerte de su padre
Jorge Manrique.

Siete de la mañana, miras
atrincherada en el embozo
la palidez de tu semblante
enmarcado en la ventanilla
gélida, testigo silente
de otra realidad paralela
que se impregna de tu aliento
antes de recobrar su quietud:
la quietud de los seres amorfos
que aguardan la mirada ajena,
el rito de los buenos días
antes de ocupar sus asientos,
indolentes espectadores,
solitarias islas del alba,
ensoñaciones quiméricas
hilvanadas en tus pupilas,
argonautas del crepúsculo
capitaneados por Jasón,
el joven universitario
que avanza por el pasillo
con un ramo de flores rojas
arrebatadas con tu magia
del fondo de un mar enlutado
donde sueña un viejo dragón
desdentado y sometido,
con una bella hechicera
nómada herida de amor,
sombra indomable de arena y sal,
tatuado el invicto pecho
con tres cicatrices perpetuas:
hiel y vinagre en tu errar,
destinos que se bifurcarán
como nuestras huellas en el mar:
un mar sediento que te aleja.
Distante, pasas a mi lado,
llegas al final del trayecto,
estación de Champs Élysées,
con un ramo de flores secas
que un día yo te regalé.

Julio Díaz Martínez (Turón, Mieres, Asturias)
Publicado en la revista Aldaba 33

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