miércoles, 5 de julio de 2017

LA MODELO


Había examinado aquella desnudez a diario durante los últimos 23 años. De lunes a jueves y de 10 a 12 había estudiado, dibujado, pintado, modelado y hasta fotografiado aquella misma piel sin que se hubiera despertado en él la más mínima emoción que no pudiera catalogarse de estrictamente artística.
Con el paso del tiempo, había sido testigo del progresivo descenso de los pechos, del moderado incremento de la cintura, de los caprichos de la moda en cuanto al vello púbico… De todo ello podía
dar fe como un notario.
Fue un sábado por la mañana. Al principio le costó reconocerla al fondo del pasillo del supermercado en el que habían coincidido.
Empujaba con soltura uno de esos carritos metálicos enfundada en una sencilla camiseta blanca que había combinado con unos desaliñados vaqueros y unas elegantes sandalias de tacón alto. No recordaba si alguna vez la había visto así, vestida, pero fue en ese momento cuando comprendió cuánto la deseaba.

Francisco Luque Barea
Participante en el VI Certamen de Microrrelatos Libres Memorial Isabel Muñoz

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