Cuando llegó mi partida
con una nube en mis ojos y un férreo nudo
en mi garganta, adiós le dije
a los vecinos, a mis hermanos,
al destino que me empujaba.
Y como soy un empedernido enamorado
del campo y la naturaleza...
también me despedí de las flores los pájaros
el cervatillo, el aire y la tormenta...
Adiós a aquella rubita de largas coletas
que se quedo enredada en alguno de mis poemas
y aún ni el tiempo ha podido sacar
de entre mis letras.
Y si la busco está en mí, en algún
rinconcito de mi pajarera guardada.
También dije adiós a los botos y al sombrero
que eran mis compañeros inseparables
de campo y mis aventuras naturales;
se quedaron heridos por el tiempo
y por mi inesperado viaje
sin retorno y sin explicación...
Aquí aunque es otro mundo bastante diferente
caminaré sin rumbo por montañas y ríos;
haciendo mis comparaciones, pues aunque se que no son los mismos, intentaré disfrutarlos...
RAFAEL CHACÓN
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