miércoles, 5 de julio de 2017

EL CIEGO


Como suele suceder
el ciego es el que más ve.
a él no lo distrae el deslumbrante vestido
ni las rutilantes joyas
ni las apolíneas formas
de la atractiva y joven figura.
el ciego en el tono de la voz
ve la prepotencia del poderoso
y la insignificancia del pusilánime
la soberbia del soberbio
y la vanidad del vanidoso.
El ciego por la calle avanza
con cuidado tantea con el bastón.
es cierto que no sabe que hay más allá
pero sabe muy bien lo que hay
en el fondo y en la superficie del alma humana.

Un pez de hierro
surca un mar de sangre.
los gritos llegan al cielo
pero allí nadie los escucha
porque el sol está a favor el enemigo
y su coraza es un fuego furioso.
El esfuerzo por no morir
arremete llevándose las horas eternas
este instante es siempre y jamás
los dos gemelos cuyas calaveras
han eclipsado el pasado paradisíaco.
Están cerradas las puertas por dentro
están cerradas las bocas por la muerte
están abiertos los ojos por el horror
están abiertas las heridas por las balas
y a través de ellas se ve lo rojinegro del infierno

Osvaldo Ulloa Sánchez -Santiago (Chile)-
Publicado en la revista Arena y cal 250

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