ACACIAS BLANCAS
Me acuerdo del aroma
de las acacias en flor.
Dejando caer su nieve,
tan blanca y tan suave.
Mariposillas cayendo,
cubriendo todo el suelo
como un mullido tapiz.
Era un aroma etéreo,
como a olor de verano,
indefinido y cálido...
Era tan blanco y lejano,
como la nieve en agosto;
el olor que recuerdo.
Desde mi bajo balcón,
alargando la mano,
las podía acariciar.
Algunas veces...
un golpe de viento,
cubría todo el balcón
con pequeñas flores
que yo empujaba
hacia la calle vacía
con mis pies de niña.
Atravesaba el dintel
y las blancas cortinas
entrando en el salón.
!Dónde ahora estoy!
con las acacias crecidas
y aquel olor tan suave
acercándose el verano.
Al otro lado de las cortinas.
TÚ
Si te dijera: Te quiero,
tantas veces como quiero,
no podrías abarcarlo
y sentirías mucho frío
ante mis besos perdidos
de color atardecer
Y mis caricias constantes
en cualquier amanecer.
Te quiero por encima
de todo...
Y por debajo de nada.
Porque tu vida es la mía
y mi cielo estar contigo.
FELICIDAD
Solo se puede ser feliz
si somos honestos
con nosotros mismos
Y vemos la vida
con ojos de niño.
Esperando sorpresas
como globos de colores
o canicas muy redondas.
Sin exigir nunca nada,
tan solo tener ilusión
con el regalo de la vida
Y dando esa honestidad
que crece con los años,
a quién cultiva tenaz;
a veces en yermos campos
que llegan a florecer.
Con esa felicidad...
que perseguimos siempre.
ARTE
Una discreta ventana
en un pueblo discreto.
Protegida por barrotes
adornada con macetas.
Cuyo verde escapa
entre sus largueros.
¿Quién vivirá ahí?.
Siempre me pregunto
al ver una ventana
de humilde belleza.
Convertida en arte,
potente y hermosa.
¿Quién vivirá ahí?...
MARÍA LUISA HERAS VÁZQUEZ -Barcelona-
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