AMARGO DOLOR

¿Cuándo llegará el día que los seres humanos nos aprendamos a ver como hermanos?

Que no halla odio, envidia, orgullo, ira, celos, pereza, codicia, mentira, tiranía, lujuria, arrogancia, egoísmo etc,...

Que aprendamos a ver en los ojos el reflejo de lo inocente, lo admirable; sólo la luz de lo positivo.

Que aprendamos a ver esa energía celeste que nos alegra a movernos, a cantar, a reír, a ser feliz; la que nos enseñó mi Maestro amado Facundo Cabrales a buscar siempre la armonía de Dios.

Que así nos sintamos muchas veces desdichados nunca debemos perder la viva esperanza de amar en espíritu y verdad.

Que una planta, un animal nunca más vuelva a sentir el pánico que el ser humano es su verdugo asesino.

Que la tierra cada día sea más fértil, el brillo del sol que nos toque para llenarnos de más vida, que el canto de los insectos nos provoquen paz en el interior.

Que los gritos del ser humano no sean para pedir auxilio por su quebranto si no para aclamar de rodillas con fe infinita la paz en el corazón .

Que las intenciones se desprendan con pureza hacia el deseo de consolidar en nuestro semblante la armonía de una flor.

Que no hallan más niños llorando su angustia de ver sus padres en las cárceles.

Que no exista más sangre derramada en el campo de batalla: El soldado también anhela que se acabe.

Que las lluvias no sean de agua:
Si no de versos poéticos de amor.

Que las manos no sean para confrontar la falsa voluntad derramando sangre:
Sino para unirlas construyendo un mundo en fraternidad.

Que los corazones no lloren más su dolor:
Es su aljibe donde repose el calor del amor.

Que no halla más indiferencia por las clases sociales:
Todos somos vidas que queremos ser tratados con igualdad de respeto.

Que la revolución no sea en drogas, alcoholismo, religión, ideología, sexo y guerra.

Que la revolución sea en el alma evocando libertad y acciones de conciencia.

Que la palabra dinero empiece a desaparecer de la mente para que vuelva el precepto de apreciar todo que es de todos que lo debemos cuidar y compartir con amor.

"Cada vez que veo la espectacularidad de esta sociedad sólo derramo mis lágrimas de amargo dolor ".

Uver Cruz Perez -Colombia-