martes, 10 de mayo de 2016

AVISPERO DE SENTIMIENTOS


He tenido un sueño frío
y solitario como una calle
en ella, una mujer triste como mi madre
camina con los pies desnudos
sobre el polvo de mis recuerdos.
vienen golondrinas a beber agua
al estanque de su corazón,
donde sus palabras son la raíz de un árbol...
cuyo único fruto es un cuervo.
Unas palomas se quedan a picotear
los restos del sueño y de la noche
hasta que inquietan el avispero
de los sentimientos,
y hacen ladear la represa de mis ojos
sobre el rostro oculto de la almohada.
Como si la tristeza no conociera
otro camino para salir del corazón.
Queda en mi boca el grato sabor
del nombre de mi madre,
y la tibia sensación de que
estuvo sentada en mi cama
asistiendo mi insomnio.
Como en mi infancia
llegaba con sus pasos de nube
para sacar de las orejas mis pesadillas.
Y dormía el restos de la noche conmigo.
Con minutos aún para ir al trabajo
tomo su melancólico recuerdo
que curiosa como si aún viviera,
intenta sacarme a regaños de la cama.
Yo, la abrazo y la beso e invito
a quedarse bocarriba a mi lado
un rato mas mirando el techo.
— ¡Aún tengo unos minutos madre! —
Le digo acariciando su nariz.
— Quédate conmigo, si no es ahora...
¿Cuándo vuelvo a soñarte tan real.?—
¿Cuándo de nuevo me dejas ser tu hijo.?

Isidoro Duncán.

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