Aquella pequeña banca
Donde todo parece tan especial
Guarda tantas historias
Tiene tanto por contar
Cada mañana llegan a esperar
María, Pedro y Juana
Mientras abren el lugar
Donde contentos van a trabajar
Todos los días a las diez
Se sienta Francisca a vender
¡Sus ricos dulces, que placer!
Pues debe llevar a sus hijos algo de comer
De la escuela salen a las tres
Y se sientan a conversar
Varios jóvenes
De aquella hermosa ciudad
La hora del amor
Comienza a las seis
Llega un elegante señor
Con una preciosa mujer
Entre caricias y besos
Se llegan las diez
Se marcha el amor
Hora del descanso ya es
Unos pequeños ojitos
Ya desean poder soñar
Con un mañana mejor
¡Sí, es Luisito!
Un humilde niño que desamparado quedó
La pequeña banca
Es ahora un frío colchón
Donde descansan la esperanza y la ilusión.
Mía Yamileth Martinez -Honduras-
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