Llovió sobre mi carne tu tibieza.
Y fue mi carne hormiga,
corazón disecado
bajo el musgo colgante del alero,
piedra almenada, tumba,
campo de sombras, sombra
de claustro medieval,
espiga de latidos.
Y tu lluvia germina
sobre tejas que el tiempo
me puso por escamas;
me recorre, me enciende
de sangre y jaramagos;
indaga mis adobes bajo cal,
mi dintel carcomido, mis cristales.
Poco a poco, tu lluvia me devora,
desmorona mi herrumbre, mis tabiques,
mis maderas
mis muros, mis pisadas.
Ya no tengo ni restos
ni palabras que guarden
mi sed en tu memoria.
Del libro “PRIMAVERA IMPOSIBLE” de JUAN SEBASTIÁN LÓPEZ -Barcelona-
1º Premio, VIII Certamen de Poesía Searus, 1985
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