Por las lagunas del tiempo
se perdió la sonrisa,
sentirse solo y nostálgico
hasta lo intolerable,
el amargo temblor
que recito entre lamentos.
Y desperté sin ilusiones
una noche turbadora,
cuando la luz desvanece,
y el cielo de las noches
luce la belleza del silencio,
plagado de destellos
que derraman las estrellas.
Hasta los pájaros suspiran
errantes y proscritos,
cuando el filo del amanecer
abre las luces a la vida,
y el silencio se hace sonoro.
La evolución emocional
de volver a soñar,
maduración y equilibrio
un gesto de esperanza,
el sutil ritmo de la odisea.
Ricardo Miñana
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