En la llanura de los ojos
se reflejó la nostalgia,
y tendió la brisa encinta,
penetrando las vertientes
del remoto horizonte.
En el vértice de tus labios
quedaron mis besos,
y solo lo colman el vacío,
que contempla el ocaso
desde la oscuridad soñada.
Y cuando los recuerdos
ya son historia del tiempo,
asoma esta melancolía,
que corona el olvido
y sucede el desconcierto.
Entretanto las incógnitas
prosiguen su rotación,
avivan la pericia del vacío
agitando pensamientos,
que vuelan torrenciales.
Deletrear tus vertientes
sutil equilibrio dialéctico,
mi reliquia clandestina,
que esculpe las emociones
de aquella constancia.
En tu piel transparente
se solfeaban mis versos,
sinfonía de tu cuerpo,
que recito en tus caderas
bajo melodías de poesía.
Así extraño tu espacio,
aquel que me hizo soñar,
y en su prolongado eclipse
ahora discurre este dolor,
abrazado a tu silencio.
Ricardo Miñana
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