La noche de este amor, cárcel oscura
de llamarte mi boca esta cansada,
el alma por tu amor ya sepultada
y el alba se prendió de mi amargura.
Se me llenó de calma mi locura
y dormida quedé en la madrugada,
me sirvieron las rosas de almohada
llenándose mi cuerpo de hermosura.
Todo se fue en el fuego que devora,
lo poco que quedó de primavera
lo poco que quedó de aquella aurora.
Le dije al corazón que se moría
que de lágrimas tengo el alma llena
de besos, de dolor y de agonía.
Pepita Oliva (Sevilla)
Publicado en la revista Aldaba 14
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Hace 3 días
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