llueven penas
llueve el polvo
sobre los recuerdos y
los perros solitarios
ladran al camino que calla
ausente
lo único que se oye es la soledad
que ventea.
la bala fría duerme aun con la muerte.
Al despertar… desahuciada
quedó la tinta y la escritura del poeta
para otro evento.
Los ojos se cerraron
pegados de las nubes
mirando hacia otro cielo.
No se hicieron preguntas
ni se dieron respuestas.
La mula escapada
lo echo de bruces
El golpetazo brilló con el humo
mientras, certera,
ella venía como chillona
silbando de lejos.
La calma dormida
es más tranquila que la tristeza
más elocuente
que la propia despedida.
NELSON JOSE PONCE GONZÁLEZ -Venezuela-
Publicado en la revista Gaceta Virtual 75
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