Poco a poco fue poniendo, la tarde,
tus iniciales en mi boca,
y la luz del día
se suicidaba en la noche
y los sueños me cerraban la puerta
y me abrían la ventana.
Pero entró el eco
y me puso tus iniciales en mi boca.
Fue cuando supe que un suspiro
sabía abrir las puertas del cielo
y que una sola mirada tuya
bastaría para sanarme.
Si mirándome, me pones
tus iniciales en mi boca.
Del libro Olvidadizo de que lo hacía, quise quererte de
ENRIQUE ROJAS GUZMÁN -Chiclana-
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