Mi abuelito tenía una radio alemana
y escuchaba emisoras lejanas.
Él lo llamaba transistor porque emitía voz
y la sintonía iba y venía
Pegaba su oído al receptor para escuchar mejor.
Hoy la radio del abuelo es una antigüedad
y en ella yo escondo mi verdad
Cuando no hay nadie en casa
al abuelo le cuento lo que pasa
Yo sé que desde el cielo
diariamente me escucha
porque él es un radioyente.
Del libro Cachivaches de
JULIE SOPETRÁN
Publicado en el blog eltiempodeshabitado
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