sábado, 9 de marzo de 2013

LA NOCHE EN REBELDÍA


No insistas.
Esta noche no es posible establecer hogueras perentorias
sobre las geografías escarpadas donde fluyen las lágrimas azules que violentan el duelo de mis párpados.
Esta noche prefiere ser silencio,
renunciar a las llamas insaciables, al insomnio de lava, a las locuras que avasallan tus secos torbellinos.
Esta noche no acepta los relámpagos.
No insistas.
La pasión es una ausencia.
En la cuna del día agonizante
aquelarres de estériles arpías amamantan las sombras con sus senos por las complicidades del ocaso.
Esta noche muñones de mordazas conspiran junto a filos de puñales
como muertos siniestros, vengativos, erizando rituales -con usura- y aguardando su parte de holocaustos.
No insistas.
No responde a tus urgencias,
no la obligues a hollar por el fastidio de someter el alma a tus embates con la espalda tendida sobre harapos.
Esta noche no quiere estremecerse
ni que extingas la sed de su hojarasca con esos aluviones insulares que sepultan los ciegos girasoles
y escancian, cuenco a cuenco, los cansancios.
No violes sus fronteras.
No la toques.
Sus tristezas privadas sobreviven a cualquier horizonte de fogatas
y va reconociendo, roca a roca, el camino fatal de su calvario.
Y en esa dimensión convaleciente, agobiada por penas y distancias,
es la dueña absoluta de los sueños que ampollaron allí,
donde hay gorriones
durmiendo en los umbrales del naufragio.

Del libro A espaldas del silencio de NORMA SEGADES-MANÍA
Publicado en la Editorial Alebrijes

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