A BOCAJARRO
–Quiero acabar contigo –dijo él–. Quiero acabar mis días contigo.
BUENAS NOCHES
Antes de irse a dormir, la mujer se hace ilusiones y relata en voz alta to-dos los sueños que le quedan por cumplir. Él tiene la cabeza en esos mismos sueños, pero a esas alturas, ya está roncándolos.
DESCONECTAR
Encendió la televisión para no verse a sí misma.
EL SOL SALE POR EL ESTE
Aquella mañana, el optimista se levantó sin su pie izquierdo, como era habitual.
LA MÚSICA
Sucedió bajo tierra, en las entrañas de Madrid. Él tocaba el violín y ella, la pandereta. Eran casi unos ancianos. Él tenía los dientes demasiado grandes y ella, una verruga en el labio superior, pero sonreían mucho. Tocaban todo el tiempo sonriendo, con entusiasmo, como si fuera la primera vez o como si aca-baran de reencontrarse, aunque probablemente repetían la misma canción to-dos los días. Cuando terminaron, mientras esperaban a que se abriesen las puertas para bajar, ella tarareaba.
Del libro Cuentos iberoamericanos de
ELENA ARRIBAS DELGADO (España, Valladolid / Madrid)
Publicado en Los Cuadernos de las Gaviotas
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