sábado, 20 de octubre de 2012

UNO PARA LA PAZ


Por Juan V Gutiérrez Magallanes

Ahora entiendo porqué el hombre busca hacer del comportamiento de los animales, una muestra  grandiosa de las cualidades nobles, que deben estar vibrando en el corazón de los humanos. Aunque, tal vez la explicación, ya la había notado en la capacidad de aprendizaje del pequeño Leoncio, cuando después de escuchar los ensayos de vocalización, en la interpretación de un canto lírico, este ser, con asombrosa paciencia miraba absorto los movimientos gestuales de la niña que hacía su práctica, para más tarde él hacer lo mismo.
       Pero, todo aquello lo miraba como una cualidad muy especial, y me confortaba pensando en las manifestaciones muy semejantes de otros seres. Allí no quedaba mi búsqueda, para calmar mi inquietud, fundamentada en el interés del hombre por mostrar en otros seres las bondades de la naturaleza, para tratar de mantener el equilibrio en la convivencia del mundo.

      Quizás tal vez, la explicación deseada la he de  encontrar en ese ser, de primeros encuentros, que da su aceptación, sin los mentados prejuicios de la mayoría de los humanos, que han hecho del mundo una inmensa caldera caliente de aceite, rebosante de miradas amenazantes, llenas de sublimada ira con mixtura de temores  hacia el semejante,  Nada de eso, este ser, es magnánimo con los otros inferiores en estatura y comportamiento emocional. Se muestra como un ente mítico, tal vez como el Eco, dispuesto a la alteridad, para responder presente ante  cualquier solicitud. ¡Ah mundo de este individuo!

      Este ser de primer encuentro, empequeñece su estatura, brinda una sonrisa de sana alegría  y busca el toque tenue de su cuerpo, para manifestar la fruición espiritual que está experimentando en su interior, esto parece ser una protesta ante el hecho negativo de los hombres que en la contemporaneidad, niegan el saludo de roce de manos extendidas. Él, no, mira de frente  con la calma de los seres desprovistos de rencores, entonadores de  himnos por la comprensión y la fraternidad del mundo.
      Con todas esas cualidades de ser gentil, no podemos decir que sea un soso y negado para lo lúdico, no, es un ser que responde a las leyes de la conservación armónica de la estructura somática de los seres vivos, juega, se mueve y hace la dinámica para alcanzar: “una mente sana en un cuerpo sano”.

      La fraternidad manifestada en las acciones de este individuo, ha sido expuesta en diferentes tertulias de personas que se reúnen y practican lluvias de ideas, tratando de encontrar el mejor método , que pueda ser presentado, ante el Consejo Mundial de las Naciones Unidas, para ponerlo en práctica  en los países que actualmente están en conflictos por diferencias de tipo étnico –religioso.
      Es mayor el asombro cuando, a través de la Cumbre realizada en Cartagena de Indias en el presente año, uno de los representantes de los países del Mundo Africano, avalado con la firma de Nelson Mandela, solicitó la visita de este individuo, o al menos que le facilitaran el video que fue grabado en La Punta de la Tenaza, donde se aprecia una vez más su espíritu de convivencia, cuando salva la vida de un niño del barrio de Torices, que se había caído en uno de la acantilados, que en aquel lugar siempre se han formado.

      Él, Manolo, todos los domingos, se acerca al Mar Grande y hace un Solo de Ladrido, en  protesta por las especies menores, que mueren en la orilla, después de ser atrapadas por los irracionales trasmallos de ojos pequeños.

Publicado en el periódico digital La Urraka Cartagena

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