Al abrir en febrero la ventana
respiro de los campos su fragancia;
dejo volar por natural estancia
las mariposas múltiples del alma.
Con almendros en flor y lluvia blanca,
fulgen rayos de sol, tibia constancia,
de unos versos soñados, de nostalgia,
embrujada en aromas de montaña.
Florecen en las cumbres y los valles.
Todo el pueblo de fiesta se engalana
olvidando las cotidianidades.
Las parejas pasean enamoradas;
los almendros en flor vivos corales
blancos, rosados, nuevas alboradas.
María Jesús Lozano Cáceres. España
Publicado en la revista Oriflama 17
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