El beso de buenas noches sigue repitiéndose cada día desde hace cincuenta y tres años. Te acercas tanto para dármelo que tu perfume me atrapa como antaño y ya no puedo dejarte marchar de mi lado de la cama. Cada día me enamoras, cada noche me enloqueces. Tus curvas siguen siendo las mismas, son como los viejos caminos. Más desgastadas, sí, pero te llevan siempre al mismo sitio.
Te quiero.
Publicado por
MARÍA JOSÉ BERBEIRA RUBIO (Castelldefels) en su blog dondehabiteelolvido-airama
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