domingo, 22 de julio de 2012

RENACER


Me resistía. Mis pies no querían moverse, mis manos no querían activar el sleep-space, pero había llegado la hora y la nave no despegaría sin el creador de las cápsulas de vida sostenible.
Desconocíamos el tiempo que tardaríamos en hacer de Neoterranus nuestra nueva tierra y me necesitaban por si surgía algún fallo en el proceso de reanimación.
Aunque, observando el aspecto reseco y ennegrecido de la naturaleza, que dejábamos como regalo, pensé que, quizá…pero no, no podía; en el fondo siempre había sido un cobarde. Debía subir, apretar el botón y atenerme al código ético.
—¡Maldito siempre ese implante ético que te convertía en marioneta de la ciencia!
Cuando la nave despegó, me pareció ver que el tono marchito de árboles y plantas daba paso a un suave color verde azulado; reflejo tímido de las delicadas líneas de un arco iris que empezaba a despuntar en medio de la espesa negrura de Gaia.

Natalia Viana Nevot (España)
Publicado en la revista digital Minatura 119

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