jueves, 12 de julio de 2012
POESÍA Y PSICOANÁLISIS
“La prosa no es más que una manera discreta y vergonzosa de atenuar o disimular
el ritmo métrico y el verso”.
García Calvo.
“Quizá la historia universal es la historia de la diversa entonación de algunas
metáforas”
Borges.
El psicoanálisis da la mano a la poesía. Y quizá la poesía sea como aquella
cucharilla de plata entre los dedos de San Juan de la Cruz, que en su tintineo al caer de la
mano dormida sobre el suelo empedrado de la prisión toledana, despertaba el alma
dormida para dar lugar a la escucha de las imágenes hipnagógicas, responsable de
aquellos versos que forman parte de La Poesía.
La Ciencia Psicoanalítica fue rechazada por el pensamiento dominante de la época,
igual que la teoría darwinista o la de Galileo, los científicos de la época gritaban: ¡Esta
literatura médica está atravesada por la poesía! Freud bebió de infinitud de poetas como
Hölderlin, Goethe… y así lo reflejaban sus escritos. Emplazo a los lectores a trabajar los
poetas elegidos por Freud, el hijo del psicoanálisis.
Gracias al psicoanálisis sabemos un no saber: el hombre vive desgarrado en su ser,
una luz con varios focos apagados. Gracias a la poesía, nuestras palabras están más cerca
de la sangre que de las palabras.
Articular la relación entre poesía y psicoanálisis es para mí un imposible, y ello es
ponerme en contacto con lo real, sea éste poético o inconsciente.
Cuando todo está destruido la única posibilidad es poética, y esto no quiere decir:
“hacer versitos” sino que llegados al abismo, para animarnos, es en el arrecife creativo de
lo poético la posibilidad que se abre para nosotros.
Reitero, no es el “versito” el que nos libera, sino La Poesía como instrumento de
conocimiento post-Spinoziano, que modifica para reconstruir en otra realidad que lee.
Ahora, podemos ver una sinonimia entre la interpretación poética y la interpretación
psicoanalítica. Si alcanzar la sinonimia fuese posible…
Ambas son una apertura al mundo del Otro, del lenguaje. Además, tienen como
función desrealizar, es decir, hacer la realidad del sujeto relativa a la mirada del mundo.
Si el tiempo es lo medible, lo contable, lo continuo, entonces la poesía y el
inconsciente no tienen tiempo. El tiempo físico de los cronómetros no explica el tiempo de
la experiencia analítica, de la experiencia poética, ya que el tiempo cronológico se
deshace en un tiempo recurrente, por “a pre cup”. Tiempo pluridimensional donde se
señala desde el futuro y no es ningún pasado el que determina sino que, el pasado forja
material desde el futuro.
El tiempo cede su continuidad porque ahora es vibración de lo inconsciente,
porque el tiempo (psíquico, poético) no transcurre ni cuenta, sino que es materialidad de la
existencia de lo imposible.
No intenten entenderlo, la poesía y el inconsciente no se tienen que comprender.
Vivimos en tiempos sombríos, ya que cualquier desocultamiento de la verdad queda
atrapado por las redes de la máquina racionalista.
Les propongo una nueva jerarquía en sus vidas. La poesía es una manera férrea
de estar en el mundo. La Poesía no puede ser saciada por dinero (sea cual sea el precio)
ni por ningún sexo (aunque su promesa sea muy bella). La poesía nos acompañará hasta
el final.
Una jerarquía de una lectura que no sufra de las deformaciones de los poderes
estatales o racionalistas. Una lectura, que si es lectura, produzca una nueva escritura,
señaladora de que algo nuevo ha pasado en este siglo: Poesía y Psicoanálisis.
Concretando, formarme como psicoanalista y aceptar que un poeta vive en el
corazón de los humanos, son dos verdades que le hacen bien a la humanidad, y son
tareas para toda la vida, donde la vida late y se muestra a cada instante.
Y eso es la vida de un creador: una vida para los demás.
Sergio García Soriano. España
Publicado en la revista Oriflama 16
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