lunes, 16 de julio de 2012

MI INFIERNO


Un aro en mi dedo y una promesa de vida.
No puedo amar el puño ensangrentado, no si vierte mi esencia.
No apartaré la tierra, me quedaré debajo, ya a salvo.
Vuelvo a nacer cada mañana al observar el fruto de mi ser. Por él sigo este camino, por él duermo en este camastro duro, por él pierdo la vida y vivo una vida sin vivirla yo: sin sueños, sin anhelos.
Un golpe, dos, tres, cuatro...
No puedo escribir poesía.
Poesía no eres tú.

Publicado por MARÍA JOSÉ BERBEIRA RUBIO (Castelldefels) en su blog dondehabiteelolvido-airama

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