El artista colocó
el ramo en el recipiente,
ese jarro, que silente
a las lilas acogió.
El pincel que las pintó
puso su amor y su empeño;
y durante su pergeño
jugaba con los colores,
con las hojas y las flores
delante de la venta,
era una hermosa mañana
de fluorescentes albores…
MANUEL VICENTE MEJÍA SÁNCHEZ-CAMBRONERO -Ciudad Real-
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