"Las mujeres y los niños primero". Sólo es una frase podrida de corazón hueco. ¡Qué gran mentira!
El veinte por ciento de la población fue elegida al azar; a pesar de toda la polémica, sé que se ha hecho así. Otro cuarenta por cierto, lo componen técnicos espaciales, científicos de todo orden y personal altamente cualificado que beneficiarán el éxito final de la misión. El resto, el maldito resto, un popurrí de la clase política más rastrera del primer mundo.
En dos días, la vida en la Tierra va a ser destruida, así lo aseguran todos los que entienden el cielo. Desde los telescopios más modestos ya puede advertirse su sombra. Cada minuto un poco más grande.
Si todo sale bien, solo dos mil personas se salvarán del desastre. La conciencia de toda la historia de la humanidad será representada por este ridículo porcentaje ante todo un universo yermo de sentimiento.
Dos mil cobardes. Los descendientes de aquellos primeros hombres que se escondieron tras la maleza cuando sus hermanos morían cazando. Los antepasados de los que no dieron sus vidas en guerras que ahora nadie recuerda con detalle… Cobardes que burlaron la selección natural.
Yo también soy un cobarde. Uno de los dos mil “elegidos”. El primero de la lista, aunque sé que no merezco escapar. Tengo mucho miedo. Por eso, a pesar de todo, huiré.
Presidente de los Estados Unidos de América.
Jorge Asteguieta Reguero (España)
Publicado en la revista digital Minatura 119
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