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HADA MADRINA
Las cosas estaban realmente difíciles. Crisis económica, guerras, catástrofes ambientales. El mundo tal y como lo conocía desaparecía ante mis ojos. Cuánto alcanzaba mi vista era un tremendo caos. Sin embargo, era justo en un momento así, cuando creía que iba a tener más trabajo. Pensé que los asignados a mi lista estarían ansiosos por pedir deseos. Mi varita mágica no daría a vasto. Pero no, la varita mágica es un simple palo inútil si la gente no cree en los hechizos. Y ya nadie cree en nada. Así que aquí estoy, como cualquier ser mortal. Consumiéndome día tras día. Lejos quedaron las condiciones laborales del “contrato encantamiento”. Doble paga el día de las hadas y un mes de vacaciones al acercase el equinoccio primaveral. Pasando de un trabajo temporal a otro, sin ningún tipo de red de seguridad, ni siquiera logro cotizar suficientes días para pedir el paro.
AZAHARA OLMEDA
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