jueves, 19 de julio de 2012

ABUELO DIOS


Barbado y grandullón, vienes, Abuelo
Dios, a llevarme al parque de la mano.
No quiero ir, ya no soy niño, ya no
subo al columpio ni me tiro al suelo.

Sonríes y me dices: «No es al cielo
donde quiero llevarte». Pero en vano.
No me fío de ti. ¿Carlos Murciano,
nieto de Dios? El mundo es un pañuelo.

Pero insistes: «Por Dios, ten confianza».
¿Por Dios? Será por ti. «¿No hay esperanza?»
No, porque no soy Carlos. Yo soy Judas.

«Tu sabrás, nieto mío, lo que haces».
¿Abuelo? Venga ya, no te disfraces:
Dios de mis soledades y mis dudas.

Carlos Murciano, España De su libro: Algo tiembla
Publicado en la revista Carta Lírica 40

No hay comentarios:

Publicar un comentario