sábado, 7 de abril de 2012

OÍR, ESCUCHAR

¿Qué palabras, o cúyas acepciones,
se clavaron en ti contra mi intento?
Mi lengua sólo expresa el pensamiento
arraigado en mis propias convicciones.

En el oyente existen las opciones
de creer, de soñar, en detrimento
de la verdad hablada, y seguimiento
de utópicas, si bellas, ilusiones.

No es ambiguo, es directo mi lenguaje,
luz y autenticidad, sin maquillaje,
con el aplomo de la matemática.

Si oyes el ritmo de tu propio tono,
recrimina a tu musa, que alzó un trono
cuando hablé de banqueta burocrática.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO-Los Angeles-

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