La corrida va a dar comienzo,
son las cinco de la tarde.
Nada ensombrece la magia
ante las puertas que se abren,
ni otra fatídica tarde, a la misma hora.
Oculto va el miedo en la sangre
del alma, una oración, un santiguarse.
Matadores, subalternos, picadores,
caballos, alguacilillos delante.
Atraviesan procesionarios
la plaza de parte a parte.
Callan murmullos y lenguas,
al clarín, chiqueros se abren,
da comienzo la corrida,
a las cinco en punto de la tarde.
Busca el cielo la montera,
se brinda el toro al respetable,
..y cae entre aplausos al suelo,
boca arriba.. superstición, mal presagio.
¿Quién lo sabe?
Mayte Andrade -Benicarló/Castellón-
De mi libro “Querencias Taurinas” ed. 2001
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