Ausente,
presiento
el pasado roto.
Despedazado de rabia
transformo el odio en risas
y en fruto de sangre.
Sangre,
resultan ser
mis recuerdos.
Mis recuerdos que cristalizan
en un mar de ilusiones
que al final.
Se convertirán
en millones de cuerpos
magullando la eternidad.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
miércoles, 25 de abril de 2012
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