Llevo en el alma una amistad cansada,
que fuera amor infatigable un día;
ya extinguida la sed de anatomía
que la mantuvo audaz, galvanizada.
A sensibilidad y a dentellada
escaló mis paredes, sinfonía
de notas disonantes.Parecía
reunir virtudes de clavel y espada.
No establecí la línea divisoria
entre hacer y no hacer; en nuestra euforia
nada era turbio, todo transparente.
Al fin se me ausentó con la promesa
de confraternidad, y ahora, si besa,
se acerca a mi mejilla, o a mi frente.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO-Los Angeles-
DE FACEBOOK - 5730 - UN ENCUENTRO
Hace 1 hora
No hay comentarios:
Publicar un comentario