martes, 10 de abril de 2012

BETSABÉ. OLORES

Hueles a tortas de pasas
y a las flores de los montes de Babilonia.
En ti hay un tigre que sale a matar
las presas silvestres de los lejanos bosques.
En ti despierta un tigre real,
hijo de las lenguas y las madres de azúcar.
Tú matas con los ojos, soplas la víctima,
muerdes descreída la carne dorada por el fuego,
la carne útil para una soledad
que termina hacia el poniente.
Tu boca es una casa húmeda, un perro cortante,
un tigre.
Yo estoy hecho de carnes difíciles,
me miden las balanzas por unos fósforos
prendidos en las piedras del mar.
Todo lo mío alimenta, no soy tóxico,
me agreden las hormigas que conocen tierras de ingravideces.
Pero mi cuerpo tiene límites mercantiles,
estoy construido con rocas de las islas de Asiria,
me edifican las montañas de esclavos
que simulan ser músicos del rey, amantes del rey,
convivo con los árboles y tengo una foto
que birla zonas del César.
A veces no soy comestible,
tal vez porque miro al tigre.
Tal vez porque lo sea.

CARLOS ESQUIVEL GUERRA-Cuba-

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