No soy más allá
de tu mirada tranquila
y tus labios de fuego.
Sobre estos ojos que no ven,
alzándote en lo alto,
me iluminas, me desvelas.
Me miras y soy.
Sobre este alma que no sabe
tu mirada que abre puertas,
cierra heridas, rompe muros.
Me llamas... y soy.
Yo no me conozco;
exprésame para ser
lo que quieres que exista
pues no soy más allá
de tu mirada tranquila
y tus labios de fuego.
Nómbrame con palabras sinceras
por el nombre de los astros
y las cosas hermosas.
Y predícame.
Que quiero conocerme, amor,
sé que soy... en ti.
Y dime...
¿Qué soy más allá de tu alma tranquila,
de tu mente inquieta, de tu dulce cuerpo?
Soy un sí, y un no, y un quizás,
y tal vez un gris alterado y tembloroso.
Háblame. Como si fuese
más allá de mi duda,
para ser en tus dulces palabras.
ISABEL Mª GONZÁLEZ MIGUEL-Oviedo-
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Hace 4 horas
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