domingo, 9 de mayo de 2021

IDENTIDAD EN LA MIRADA


Se fue ayer en la tarde, sin decir adiós, ni dar un beso,

con el deseo de volver en triunfo 

y ser abrazado por quien me dejó en embeleso.

se fue ayer sin mirar a los ojos de quienes siempre la amaron,

sin pedir nada a cambio, sólo su amor y su compañía.

Se fue ayer recién terminaba el día y no disfrutará de la infancia,

del fruto de su amor, quien vivirá en el recuerdo de un padre incierto.

se fue ayer y tratará de llenar con sorpresas huecas y vacías,

el anhelo de un consejo o de una mirada comprensiva.

Se fue ayer, ya bien tarde, dejó el hogar y muy dentro

una sonrisa escondida con el futuro en lo incierto.

se fue ayer y no sabe cuánto, le llevará volver a abrazar a su hijo

o sentir el aliento satisfecho de la mujer que le dio el mejor regalo.

Se fue ayer y dejó el presente desvalido,

el pasado que recordará con añoranza

por el auto destierro y las ganas

de dar salud a la mirada y

sepultar su espíritu y el de su familia.

Se fue ayer, pero ama lo que deja

porque sigue siendo el hombre

que lucha, que recuerda y vuelve a su

tierra a vivir lo que solo ella y los suyos

pueden regalarle, el sosiego que necesita

su mirada, su espíritu y su esqueleto.

ARMANDO ARZALLUZ

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