Tu juguete preferido
solamente sé que fui,
mas a tu lado viví
con mi ser a ti rendido,
aunque siempre ensombrecido,
pues sabía que te irías
porque tú no me querías,
sólo te divertías.
¡Causabas las penas mías!
¡Tristes fueron esos días!
Mas ahora ¡no más daño!
Tu recuerdo se borró.
Tu imagen ya se perdió.
Ya jamás, juro, me ensaño
con los recuerdos de antaño;
que con un tiro certero
aprendí en modo severo
que mutuo tiene que ser
el amor para poder
decir a alguien: ¡Te quiero!
María Adelina García Corea
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