miércoles, 3 de octubre de 2018

356


¡Bésame ya dulce noche!
quiero irme contigo,
si no puedo dormir en su regazo
prefiero tu inclemencia como abrigo.
Déjame escuchar en el silencio,
el sonido de sus pasos que se alejan
y repetirme una y mil veces;
... ¡ella se ha ido!
Sabes bien, eres testigo,
de la pausa entre dos voces
que juraron amarse
y no han cumplido.
Por eso te pido, eterna noche,
no quites la luz de mi camino
en palabras desveladas te lo digo;
era mi faro
y la vorágine del tiempo,
otra vez a oscuras me ha dejado.
¡Quédate aquí inmensa noche!
aquí conmigo,
eres todo lo que tengo,
sólo abrázame con fuerza
quítame el sueño,
quiero vivir contigo insomne
no permitas que amanezca.
Solo tú mansa noche
lo comprendes,
ella se ha ido y su partida
me dejó el legado de tu herencia,
era el sol persiguiendo la luna;
hoy soy brizna abandonada en el desierto.

José Luis Gareis -Argentina-

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