RECUÉRDAME
Recuérdame que te olvide.
Recuérdame.
Recuérdame que el recuerdo...
Hoy. Mañana. Siempre ayer.
Que te olvide...
Ay, por Dios, recuérdame.
Recuérdame que estoy vivo.
Recuérdame
que sólo los vivos mueren
y que yo me moriré,
pero antes, amor mío,
yo te haré,
te haré yo,
con olvidos y recuerdos
y con recuerdos y olvidos,
una torre de Babel,
pues no olvides, vida mía,
nunca olvides
que el olvido y el recuerdo
viajan en el mismo tren.
JARAMAGOS
Los tejados de mi pueblo,
cuando era niño yo,
se vestían
de jaramagos en flor
y yo, niño, me creía
que se alfombraban de sol.
Los tejados de mi pueblo,
fascinante ensoñación,
se vestían de jaramagos,
y era mi pueblo un amor
bajo el hondo azul del cielo
de Andalucía oliendo a Dios.
JUAN CERVERA SANCHIS
Revista poética Azahar, nº 133
Hace 7 horas
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