sábado, 18 de junio de 2011

POEMAS

PENTAGRAMA

Una fogata en clave
retiene el cortejo
de los signos blasonados
FORMANDO EL PENTAGRAMA
que abre
las vitrinas
impositivas


Entre inasibles fragmentos
de instantes abandonados
hinchando el velamen
hacia las extensiones
DEL RUMOR ARTERIAL

Batiendo cirios cartujanos
donde las placentas
pregonan los términos
de la hojarasca pisoteada


En esta imprecisión
se siente una espesura de inscripciones
donde los reclinatorios
tienen dificultad
para decir
LA VERDAD


Y la oscuridad
está llena
de agujeros negros
CON MONOLITOS ESTREMECIDOS


De planetas prisioneros
que vocean la andadura
—sustantiva—
absorbiendo la obediencia
EN EL LINAJE DE LAS EDADES

REVINDICACIONES

SIEMPRE los otoños exhalantes
colonizando vuelos
de alondras nerviosas
en el perpetuo fósforo
de las travesías fugitivas


Deteniendo en templos sin altar
las adustas reivindicaciones
—de la nocturnidad—
sobre intuitivos contrafuertes
bajo el murmullo de LA LUZ


Y dando rigor a las ofrendas
—del clamor—
envueltas en el oscuro linaje
—de los blancos poemas—
a modo de gloria mensajera


Con el mar cubierto
de un sentimiento abadesco
poseído por la secreta ebriedad
donde los péndulos arrogantes
—introducen—
LA ALTA CREPITACIÓN


En un transvase de cerraduras
—místicas—
velando el oro conjurado
en la exacta perfección
de los sonetos ojivales


Y en el absoluto delirio enmohecido
que envuelve de reliquias
—sin distancia—
LA SANGRE AZUL de las pirámides

MONASTERIOS

VERSÍCULOS incandescentes
simulando un conjuro
penetran en las diagonales
—pretorianas—
de los rosarios multiplicados


Tejiendo consignas
donde la doble inocencia ES EL BASTIÓN
de unas plantaciones órficas
refrendando la profundidad


Incrustadas a las lontananzas
—sin límites—
que hacen del prófugo desvelo
una claraboya posesiva
en los voltaicos monasterios


Y LAS EDADES DESPIERTAN
una tras otra
mientras las cicatrices se abren
sobre un calendario sísmico
dibujando sombras incompletas


Todo es una orgullosa y absorta
—PLEGARIA—
atravesando los enseres
—del Tiempo—
al encuentro de un olvido
sonoro cual beso inexistente


En quien los dioses cautivos
interrumpen el ensueño
desoyendo los encendidos monolitos


Entre fulgores extremos
de invencible serenidad
haciendo fermentar
cual conventos clausurados
LOS ESPEJOS PLUSCUAMPERFECTOS

LUIS ÁNGEL MARÍN IBÁÑEZ

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