Ven te digo a quien yo reconozco,
para hacer más ligero
el dolor carnal incurable,
que se ha detenido en mí,
teje todo mi cuerpo.
En ti tardó demasiado
la suma de las emociones,
para fortalecer lo que sentimos,
para tener nuestro alimento,
hacer que brote el fruto,
tantas veces deseado.
Ya sé que,
no me lo digas,
el tiempo sin darme cuenta,
donde pudo existir amor
hoy hay silencios,
ya ahora es demasiado tarde.
Busco en la intrincada forma
que tiene el querer,
la manera para aliviar mi dolor,
no es hacer la compra de un sentimiento,
si no cultivarlo con cada hecho diario,
que nos enfrenta a la vida.
Yo te entregaré cada pasión
que llevo conmigo,
este atesorado corazón que por ti vive;
pero hace falta que transcurra el tiempo,
hacerlo mejor en un tiempo futuro.
Armando Arzalluz Carratalá
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