Todo cuanto se escribe es idea de quien piensa o analiza,
por supuesto, basado en algo histórico, suceso o leyenda;
también el plagio o en mucho: reescribir, oh, el plagio,
cómo nos viene bien.
Cuando se deja atrás los años mozos, nos va bien utilizar
las pausas, y revivir recuerdos, por sentir emociones.
Saber retirarse de faenas y actitud no propias de la edad,
pues quien no tiene en cuenta, todos los días está
repitiendo, y eso significa torpeza; oh, con el pelo blanco,
el golpe será más fuerte.
La noche aún tiene un instante de vida, en quien no
desespera por derramar luces en su derredor.
Quien toca el Laúd, por apaciguar la tormenta, no es
Músico, es Ada.
Y concluye Antón Chejov: La vida posó su mano dura,
sobre mi hombro.
OMÍLCAR CRUZ RESTREPO
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