Hay un lunes huérfano y descalzo que se arrastra por mis carnes como si fuera la voz de una mujer con negras manzanas en vez de senos que me llamara y dijera que ella sabe cuándo voy a morir. Se engasta como buril de hielo y fuego sobre mi alma en ristre y determina con su abrazo mis palabras, emociones y pensamientos. Inventa colores en mi alma: Rojo-pezón, azul-sangre, gris-pregunta, verde-mentira, marrón-cielo, morado-caricia, y hace que mi cuerpo se diluya en espasmos de angustia como si le esperara un espectro en la eternidad. Sacude mis ojos con relámpagos de cielo claro, inaugura sobre mi piel un espejo con la forma de su nombre, un rayo con el color de su aliento, una rubia sombra descalza que se arrastra desde mi futuro hacia mi ayer. Lunes para pensar…en fracasar otra vez...
Victor Diaz Goris
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