Espero de ti día a día un pedazo de ternura,
que no tiene precio
que la das como la fuerza que late en ti, para hacer verdad cada acto de tu vida,
sin ostentación la ofreces.
Eres quien motiva mis instintos
y los haces que cobren su fuerza, pensar que he llegado a amarte
como la primera vez,
sin tener remordimientos del pasado,
por eso no puedo negarlo
eres hoy la canción que canto.
Tengo ante mí el ancho mundo
para entregar lo que siento, saber que la vida de nuevo puede sonreírme,
hacer el divino goce de todas las pasiones.
Armando Arzalluz Carratalá
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